Poemario de Emilio J. Barrero. Un pequeño rincón de este universo donde todo está permitido. Atrévete a chapotear entre océanos de incertidumbre y sangre maloliente, pues solo así podrás ser un árbol más que crezca en este arenal de vicios, pero también de piedras. Camina, que no es poco.
lunes, 11 de enero de 2016
Latidos de un viajero (poema XXIII) - Arténtico
Neuronas danzaron narcotizadas
por la promesa del desuso,
retando a la creatividad.
El ansia por la diferencia
excitó el llanto de la quimera,
abrazando la sombra de la verdad.
Imperó la audacia del ego,
sin acto en arte que censurar.
Así, al fin, nació el genio.
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