lunes, 15 de abril de 2013

Latidos de un viajero (poema VI) - Post mortem

Un cadáver seco es un ojo vacío,
rosa que mi puño aplasta
y me desangra a fuego limpio.

Mis arterias expulsan cuervos
sin oro que engullir,
mis tormentas son arena
sin gargantas que pulir.

Hoy muere la caverna
junto a mis uñas al filo de sufrir
la amarga brisa de primavera
que los cuerdos no podrán vivir.

Mi corazón no quiere llorar,
solo un infarto le hará respirar.
¡Y ni eso lo afirmará!
¡Ni los gusanos ni el amor!
¡Qué sabrán las arpas lo que es el dolor!
¡Qué sabrán los ángeles que no sepa dios!
Y ni él lo resucitará.

Solo Yo recuerdo mis secretos.
Solo Yo olvido mis mentiras.
Solo Yo vivo por mis heridas.
Solo Yo muero por mis besos.
Ni tú ni la maldita eternidad.




sábado, 13 de abril de 2013

Latidos de un viajero (poema V) - La ley de la derrota

Donde el gorrión camine
y la hormiga duerma.
Allí.
Allí vivirá.

Donde el agua hiera
y la arena bese.
Allí.
Allí vivirá.

Donde la hiena llore
y la cebra ría.
Allí.
Allí vivirá.

Donde el viento calle
y las hojas duden.
Allí.
Allí vivirá.

Donde el corazón piense
y la mente sienta.
¡Allí!
¡Allí vivirá tu derrota!

viernes, 12 de abril de 2013

Latidos de un viajero (poema IV) - Ladrona de latidos

¿Quién eres tú?
Con tus versos de ojos de sapo
mi más preciado tesoro destapas,
ladrona de armas de oro
que al oído más ciego engañas.

¿Quién eres tú?
Con tus ardientes gestos de sirena
alejas mis sueños de sus sábanas,
ladrona de huellas de sudor
que al ojo más sordo engañas.

¿Quién eres tú?
Con tus promesas de terciopelo
mis latidos de luz arrancas,
ladrona de ideas humildes
que al hombre más firme engañas.

¿Quién eres tú?
Te respiré con sonetos de armonía
y secaste mis pulmones de sonrisas.
¿Quién soy yo?

miércoles, 10 de abril de 2013

Latidos de un viajero (poema III) - El mar de la felicidad

Es una historia
que vive en respiros.
Cuéntamela
y deja que viva respirando.

Deja que te guíe entre rosas rojas
que seduzcan de perfume tu piel.
Acude conmigo a la sonrisa
que convierta tu boca en pincel.
Disfruta las gotas,
como el mar acariciando la miel.
Sé el amanecer de tus días
y hallarás los ojos de un clavel.
Deja tus temores a un lado
y arrástrate en un césped
habitado por tus segundos olvidados.

Lo que daría,
lo que daría por darte mis ojos
para que valores tu forma de caminar.

Deja los cuentos a un lado.
Vive sintiendo los momentos.
Escribe,
pero nunca olvides sentir.
Déjate llevar por ti y por mí.

¿Necesitas ayuda?
Sí.
Escríbemelo.
Pídemela.
Tu tragedia personal
no tiene por qué resucitar.
Que tus lágrimas acaben en mi mar.
Que me llegues.
Que te comprenda.
Que solo quiero tu felicidad.

martes, 9 de abril de 2013

Latidos de un viajero (poema II) - El himno

Un himno se apodera de mi sangre,
irónica cuestión para un corral sin pulmones,
pues la tierra no hace a la roca
por más que la razón escupa.

Mis piernas cual alfil de luz,
mi espalda cual perro con bozal,
anatomía israelita que roza el vendaval.

Los reyes, como colmillos de pupila,
mi martillo intentan doblar,
pero es mi saliva de acero,
es mi tos de cloroformo,
la que hace al grillo danzar.

Los sueños sueños son,
la carne el tiempo la robará;
pero no temas, querido peón,
pues la tierra no es dueña
del himno que cantarás.

miércoles, 3 de abril de 2013

Latidos de un viajero (poema I) - Memorias oxidadas

Cada respiro es un suspiro de carbón,
cenizas que comparten cuchillo en la espalda
de un mundo que perdió la razón.

Mis ojos navegan amenazados por estacas,
baile de máscaras y palabras de dolor
que elevan cadáveres y ensucian mortajas.

El llanto recorre mi garganta,
el infarto negocia con mi alma.
Ya no queda más que el recuerdo
de un cielo que amaba el agua
y que inundó de sonrisas mi cementerio.