Cada respiro es un suspiro de carbón,
cenizas que comparten cuchillo en la espalda
de un mundo que perdió la razón.
Mis ojos navegan amenazados por estacas,
baile de máscaras y palabras de dolor
que elevan cadáveres y ensucian mortajas.
El llanto recorre mi garganta,
el infarto negocia con mi alma.
Ya no queda más que el recuerdo
de un cielo que amaba el agua
y que inundó de sonrisas mi cementerio.
Joder, estos dos últimos me han parecido realmente fantásticos. Sigue así ;)
ResponderEliminarSigue tú también sin dejar de cantar ni escribir. Gracias por leer a un loco cualquiera como yo.
EliminarEmilio tienes un fan ya. Me encanta cómo escribes.
ResponderEliminarEspero que esto no llegue a ser como todo proyecto fan. Se agradece tu comentario y más que te hayas parado a leerlo.
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