lunes, 15 de abril de 2013

Latidos de un viajero (poema VI) - Post mortem

Un cadáver seco es un ojo vacío,
rosa que mi puño aplasta
y me desangra a fuego limpio.

Mis arterias expulsan cuervos
sin oro que engullir,
mis tormentas son arena
sin gargantas que pulir.

Hoy muere la caverna
junto a mis uñas al filo de sufrir
la amarga brisa de primavera
que los cuerdos no podrán vivir.

Mi corazón no quiere llorar,
solo un infarto le hará respirar.
¡Y ni eso lo afirmará!
¡Ni los gusanos ni el amor!
¡Qué sabrán las arpas lo que es el dolor!
¡Qué sabrán los ángeles que no sepa dios!
Y ni él lo resucitará.

Solo Yo recuerdo mis secretos.
Solo Yo olvido mis mentiras.
Solo Yo vivo por mis heridas.
Solo Yo muero por mis besos.
Ni tú ni la maldita eternidad.




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